domingo, 15 de noviembre de 2015

Guía avanzada para quitarse la venda de los ojos

guia avanzada para quitarte la venda de los ojos

Guía avanzada para quitarse la venda de los ojos

Ok, ya conoces la realidad… pero eres de los que necesitan una guía avanzada quitarse la venda de los ojos.
No quieres aceptarlo.
Todo el mundo lo sabe y te lo dice: te pusieron los cuernos, no te conviene o simplemente te está utilizando.
La verdad es tan evidente; pero, aunque no te queda otra que abrir los ojos, no logras conseguirlo. O es que tal vez has pasado tanto tiempo con la venda en los ojos que ya se te hizo una mala costumbre llevarla puesta.
Sea cual sea tu situación, necesitas urgentemente ver la realidad por más doloroso que sea. Por tu bien, por tu salud emocional y mental.

Comprende que el dolor es necesario

Tu umbral de dolor es tan bajo que en estos momentos haces cualquier cosa con tal de no sentirlo: engañarte a ti mismo(a). Exiges que tu pareja (o tu ya ex) te diga las cosas con sinceridad cuando tú en todo momento, en tu diálogo interno, estás dirigiéndote con mentiras.
Una vez escuché una frase que me encantó. Y no tuve que añadirle más: “No hay mayor infidelidad que el auto-engaño“.
Sí, en estos momentos te han engañado y no lo quieres reconocer; pero esa mentira exterior no es más que una consecuencia de todas las mentiras que te has dicho con respecto a esa persona a quien dices llamar pareja. Era evidente que un día te iba a fallar pero siempre querías pensar que tú lo ibas a cambiar (gran mentira que dio inicio a esa relación).
Pero debes comprender que, aunque no parezcan, todas esa mentiras no hacen más que protegerte. ¿Protegerte de qué? En un principio quizás del dolor de la soledad; una vez que ya estás “felizmente” emparejado, la función de esas mentiras es protegerte del dolor del abandono o de la devastadora decepción… Y es por eso que ya estando en esa relación hacías de todo para que esa persona no se fuera de tu vida: porque la soledad y el dolor en sí ya eran más que motivo suficiente para aferrarte a alguien por más que inicialmente parecía erradicar aquello que igual iba a llegar.

Siempre hay más ventajas en aceptar la realidad que en hacerte el idiota

Si eres de los que no logran quitarse la venda de los ojos estás en una seria desventaja estando evadiendo la realidad. Para empezar, demoras más tiempo en recuperarte. Si no emprendes el camino de la aceptación, por cada vez que lo estés evadiendo, curiosamente estarás más cerca del dolor y acrecentándolo.
Además de que para el mundo entero seas idiota al estar negándote lo evidente podríamos decir que estás ante una gran desventaja en el mercado amoroso. Cuando llegue la persona que realmente es para ti no estarás preparado(a) para recibirlo(a), tus condiciones no serán las óptimas, se te irá de como agua en las manos y cuando te sientas aún mucho más solo(a) que nunca, ¿a quién recurrirás nuevamente ahora en tu desesperación? ¡Ajá! ¡Acertaste! A nadie más y a nadie menos que a ese ex que suele decirte palabras bonitas pero llenas de mentira y promesas insostenibles que se esfuman con el pasar de los días…
O quizás tu ex sí que es una excelente persona, un amor que siempre veló por tu bienestar (y nunca te fue infiel); sin embargo, es muy bien sabido que él o ella ya no te ama, su amor por ti murió y le llegó hasta el tuétano, por ello por más esfuerzo consciente que haga para que renazca su amor por ti será prácticamente imposible. Sólo te quiere ya como una amistad; pero tú prefieres engañarte que eso puede ayudarte a reconquistarlo(a) en el futuro.
Tú sigues guardando esperanzas; pero cuando sabes que tu ex está disfrutando mucho saliendo con otras personas (porque alguien te lo contó o porque stalkeabas sus redes sociales con cuentas falsas) te sientes ridículamente traicionado, como si tu ex no tuviera el derecho de rehacer su vida. O sea, a parte de engañarte, tu egoísmo no te permite pensar que esa persona ha de vivir y disfrutar sin ti. (Ojo: que seas un stalker es una reacción de tu mente inconsciente que quiere ver la realidad para librarse de una vez: si lo ves y aun así tu mundo se te viene abajo cuando sabes que tu ex está disfrutando sin ti, no necesariamente significa que aún ames a esa persona, sino que aún sigues en la espiral del auto-engaño).
Y, no me malinterpretes con que ahora debes ser imperturbable: ¡Caray! ¡Claro que duele saberlo!
Y más si tú eras de esas personas que absorbía ávidamente, como esponja, los cumplidos y las lindas palabras que te dirigía a ti, como cuando te decía que eras la única o que como tú no había nadie (mentira decidiste creer, por cierto)… No obstante, si desde un principio hubieras practicado la sinceridad, no te habrías comido todos esos halagos de forma tan necesitada, sino como muestras de cariño que tu ex hacía para que la relación tuviera siempre la llama prendida: lo verías como parte del juego de la relación, algo importante pero no tan indispensable porque la relación más que de palabras bonitas, también se alimenta de actitudes como la responsabilidad, la sinceridad y sobre todo el compromiso… Dejarías de percibir las palabras ya no como el principal capital o la única condición para que tú siguieras con él o con ella, exigirías más hechos que palabras. Porque no hay nada más sincero que un gesto o una acción en concreto. Y si a ello le sumamos una buena cantidad de lindas palabras que sean bienvenidas.

Deséale todo lo mejor a tu ex sin ti

Ya vimos lo ridículo que es pensar que tu ex no puede rehacer su vida. Lo hará, y podrá inclusive vivir mucho mejor sin ti… Otro golpe más para tu ego…
Pero igualmente tú también, mi querido(a) lector(a), surgirás de las cenizas sin esa persona; y antes de que eso suceda asegúrate de desearle todo lo mejor.
Para que logres quitarse la venda de los ojos la premisa mental a dirigirle a tu ex sería: “Haz de tu vida tan estimulante e interesante como la mía“. Porque así tú también tienes el deber de hacer algo de trabajo por ti y no seguir hundiendo tu trasero en el sofá mientras te pones a llorar. Al principio se vale hacerlo y mucho (llorar y todo el el proceso catártico); pero debes tener un tiempo límite para esas lágrimas y luego seguir con tu vida.
Claro, es más fácil permanecer en la miseria que trabajar por una vida mucho más gratificante. Es más fácil resignarte al sufrimiento y seguir odiándolo(a) porque no respetó su promesa de “quererte por siempre” que trabajar en el perdón y hacer todo lo posible para que su paso en tu vida haya significado algo positivo. Es más fácil desearle que le vaya mal en sus relaciones y esperar que no encuentre a nadie como tú que afrontar el reto de desearle lo mejor, a pesar de todo, a pesar de que él o ella solo haya dejado tu vida peor de como te encontró… Pero todo este esfuerzo extra, aun cuando demore más tiempo, siempre habrá valido la pena.
Pero, ¿por qué hago hincapié en que desearle lo mejor si quizás no se lo merece?
Porque al hacerlo te desprendes del resultado. Te liberas del estar pendiente: ¿Será que me olvidó, será que no? ¿Será que ya consiguió nueva pareja, será que no? Ya sabes, cosas que terminando angustiándote por no tener una respuesta concreta…
En cambio, cuando le deseas mucho más que excelentes noches buenas (#YaSabesAQueMeRefiero), ya das por sentado que le irá bien laboralmente y sentimentalmente. Y tu mente se queda tranquila con el resultado porque ya asume que eso sucederá y que esa es la realidad. No hay que frustrarse por estar pensando en otras alternativas. Y así a uno se le facilita un poco más quitarse la venda de los ojos.
¿Que es difícil porque a tu ego le cuesta creer eso? Claro que sí. Pero minimiza el ego que no lo necesitas. Lo que tú necesitas es un poco más de amor propio; ¿y alguien que se quiere a sí mismo se permitiría conservar algo tan nocivo como el ego inflado? Bájale un poco de su nube: Nunca fuiste tan indispensable en la vida de la otra persona; es jodido pensar así cuando te han terminado; pero con el tiempo es un alivio porque también te desprendes de la responsabilidad que tienes sobre la vida de una futura pareja. Y viceversa.
¿Alguien que se quiere con toda su alma se permitiría tener la venda en los ojos todo el tiempo para seguir andando en este mundo tan caótico y, también, cruel? Por ponerte un ejemplo pequeño y fácil de reconocer: a esa mascota que tanto quieres, cuando lo sacas a la calle, lo llevas con una correa para que vea el mundo tal y como es, a pesar de que a veces quiera ladrar al ver algo que no le gusta; pero siempre bajo tu guía y supervisión para que sepa hacia dónde caminar y aunque quiera irse mucho más allá, tú tienes la seguridad de que no se vaya a perder o de que no le atropelle ningún auto… ¿O es que acaso le pones venda en los ojos? Tal vez deje de ver cosas que no le gusten; pero se perdería definitivamente o le pasaría algo malo…
Es un ejemplo un poco ridículo pero muy ilustrativo de que si amas algo o a alguien tú haces lo posible para que mantenga siempre los ojos bien abiertos. Pero bajo tu supervisión; tampoco es que te quites la venda y decidas verlo todo. La realidad hay que asimilarlo poco a poco: a medida que uno va creciendo y fortaleciéndose lo suficiente como para entenderlo.
Ponte correa y dirígete a ti mismo por el camino de la vida con pasos prudentes; pero no te vendes los ojos. Lo que tú necesitas es más realidad y más dirección y todo eso, evidentemente lo harás cuando te quieras más a ti mismo. Y hoy puedes empezar a demostrártelo viendo la realidad tal y como es, por tu bien. Porque eso es lo que necesitas más que nada en el mundo ahora mismo.
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